Sus hojas son el único
alimento del gusano de seda, de cuya cría se obtienen los capullos necesarios
para la producción industrial de tan importante fibra natural textil. Sus
hojas, corteza y tallos contienen un alto contenido proteico, siendo
recomendados por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) como forraje para aves y ganado porcino, vacuno y caprino.
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