Son las 9:05 de la noche en la Parroquia El Junquito, en Caracas. Un frío atenazador campea entre la tupida neblina, que no es obstáculo para que se haga sentir el calor humano de la militancia revolucionaria desplegada a la largo de la zona en labores de voluntariado con los afectados por las lluvias, que en esa zona alcanzan más mil personas.
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