El demonio de Tasmania, el marsupial carnívoro más grande del mundo que habita la isla australiana a la que debe su nombre, sufre un terrible y extraño cáncer facial que está a punto de acabar con la especie. La enfermedad, en extremo contagiosa, deforma la cara de los animales de forma repulsiva, hasta el punto de que la víctima muere por hambre o sofocación en solo unos meses.
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