Cuando un niño no cuenta acerca de sus buenas experiencias cuando
regresa a su casa después de su escuela; y si tiene su ropa sucia o
rota, lo más probable es que esté bajo sometimiento de
sus compañeros de clase. Ante esto, la psicopedagoga, Astrid Lefeld,
explica que el “bullyng” (término inglés como también se conocen las
agresiones) provoca angustia y daños a la víctima.
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