La ilusión del embarazo colmaba de felicidad a la mujer que esperaba
ansiosa a su pequeño, pero la historia dio un giro inesperado cuando
luego de unas pruebas a las 16 semanas de gestación los especialistas
les informaron a los futuros padres de que su pequeño sufría de
anencefalia, un mal congénito que le impediría sobrevivir luego del
parto.
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