El principal motivo por el que
comienzan a producirse olores desagradables en determinadas áreas del
cuerpo es por la falta de higiene. Bañarse a diario, utilizar un jabón
antibacterial y secarse muy bien el cuerpo son las tres claves básicas
para luchar contra estos males que afectan el olfato. Pero esto no es
suficiente, lavar la ropa es fundamental y va de la mano con el
aseo del cuerpo. Por ello, evita utilizar la misma prenda de vestir
varias veces y más aún cuando se haya transpirado.
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