Seis meses estuvo Magglio Ordóñez esperando una nueva oportunidad de
regresar a las Grandes Ligas. Jugar en Triple A nunca fue una opción
para él, así le llovieran las ofertas. La lesión en el tobillo derecho,
la cual lo obligó a pasar por el quirófano, se convirtió en su peor
enemigo y en el principio del fin de su carrera como pelotero activo.
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