Cuando en las
campañas electorales oligarcas se enfrentan la Revolución y el fascismo, la
burguesía se comporta como en un mundo sin reglas, de ella se puede esperar
todo, cualquier triquiñuela es posible. Si en las elecciones hay posibilidades
de triunfo de los sectores revolucionarios, si la participación de estos deja
de ser un mero adorno, entonces la contienda se perturba, pierde su
"normalidad", se transforma en fase de una confrontación que tiene
como inicio un proceso de enloquecimiento de la base burguesa. Las mentiras,
las manipulaciones, la llevan a territorios de esquizofrenia total. Se prepara
el zarpazo. Veamos.
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