Julio Macías, un joven de 17 años, llegaba a la casa de sus padres luego de haber pasado tiempo con su novia de 24 años. Tenía marcas en el cuello causadas por los “chupones” que su novia le hizo ese mismo día. Mientras cenaba, comenzó a convulsionar y se desplomó en el piso. Sus padres no sabían qué hacer y llamaron a los paramédicos. Pero ya era demasiado tarde, Julio estaba muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario