Esa noche, mi familia y yo vimos que llovía muy fuerte,
había vecinos que decían que no nos preocupáramos, porque en el año
1961 llovió así y no pasó más que una simple inundación, pero mis padres
al ver la magnitud de las precipitaciones, decidieron que saliéramos de
la casa y subiéramos en dirección a la montaña del Ávila.
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