Vivimos en un momento de la historia en la que el hombre está descubriendo a marchas forzadas que las partes de su cuerpo destinadas al placer son muchas más de las que sospechaba. Hace no tanto tiempo, el pensamiento tradicional aseguraba que tan sólo el pene y la vagina, los órganos relacionados con la reproducción, podían proporcionar satisfacción carnal. Un craso error, especialmente en el caso de las mujeres, en cuanto que este prejuicio provocó el olvido del clítoris, tan esencial en el orgasmo femenino.
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